Camavinga, un multiusos para todo en el Real Madrid
El francés fue la gran sorpresa del Real Madrid en el Clásico liguero del Bernabéu en una medular en la que había alta competencia para salir de inicio
Eduardo Camavinga es un jugador multiusos. Y eso que el perfil de zurdo cerrado para apuntalar el medio campo por el que fichó por el Real Madrid por apenas 31 millones de euros (ahora se estima un valor de mercado cercano a los 50, llegó a ser de 100) sugería lo contrario. Entonces, en 2021, los blancos pensaban que fichaban a un mediocentro. Ficharon mucho más. Un hombre capaz de acostumbrarse a diversos puestos y hacerlo con habilidad táctica para ser útil en todos. Es una de las claves de su recuperación. Xabi Alonso ya venía avisando hace tiempo que el francés estaba encontrándose mejor. Que lo veía más cerca del once que del banquillo. Que llegaría su momento. Y llegó en el Clásico liguero del Bernabéu en el que el Real Madrid venció por 2-1 al Barça y que le hace ser el favorito al título en las apuestas de Betfair con una probabilidad implícita del 61%. Un ‘falso’ interior derecho El ‘6’ fue la sorpresa de un mediocampo plagado de competencia. Muchos candidatos al puesto. Lo ocupó él y rindió a buen ritmo. Lo hizo, además, mostrando esa virtud multipolar que tan pronto le permite dirigir la manija, como volcarse a un costado o defender como si fuera lateral de toda la vida. Esta vez, ante los azulgranas, Xabi Alonso fue rotando el interior derecho en una suerte de rombo que a veces veía volcado a Güler, a veces a Bellingham. Pero el inquilino de ese costado fue, casi siempre, Camavinga. Lo muestra el mapa de calor y la posición media del francés en este partido que, para sorpresa de muchos, estuvo tirado casi en la totalidad al lado derecho (él es zurdo) y más adelantado de lo habitual. Casi ronzando el extremo derecho. Esa presencia no fue casual, porque liberó a sus compañeros en la medular con tareas ofensivas y, de paso, permitió que se taparan bien las líneas de ataque culé en ese lado zurdo, donde Balde y Rashford no estuvieron especialmente acertados. Además, volvió a lucir buenos números en la distribución, con un 85% de precisión en pases que, en campo propio, fueron del 100%. Completó con éxito todos los regates que intentó (3 de 3) y se llevó 8 de los 12 duelos que protagonizó. Buenos guarismos para un jugador que, en el desarrollo de la presión, también es clave. Lo era antes de la llegada de Xabi y ahora también impulsado por su cambio físico. Nueva forma física Camavinga está más fino que nunca. Hace boxeo y ha aplicado un plan de preparación física específica que le permite lucirse con más plenitud, algo que parecía complicado de mejorar a tenor de su despliegue especialmente en la temporada 2023-2024, quizá su mejor año luciendo el escudo del Real Madrid. Ese curso de doblete blanco (Liga y Champions) fue vital en lo cuantitativo (jugó 46 partidos) pero especialmente en lo cualitativo. Cuando Ancelotti se quedó sin lateral zurdo por las lesiones, le tocó tirar muchas veces de este galo que, no sólo se adaptó bien, sino que incluso completó partidos en los que parecía difícil creer que fuera pivote y no defensa. Además, en duelos clave como en la ida de cuartos de Champions ante el City (3-3 en el Bernabéu, 1-1 en Inglaterra), su posición sirvió para hacer de ajedrez táctico. Porque casi siempre partía de lateral, pero en la construcción se unía a la medular para crear superioridades vitales en el duelo de pizarra entre ‘Carletto’ y Guardiola. Unas virtudes que se desvanecieron el curso pasado con una versión más gris. Como el resto del equipo. Lo lastraron los problemas físicos. Apenas pudo disputar 35 partidos, su guarismo más bajo desde que fichó por los blancos. Ahora con mejoría en lo físico y confianza de un Xabi Alonso que empieza a verlo como un recurso más que útil, su importancia en este Real Madrid que aspira a todo está creciendo.
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